jueves, 22 de julio de 2010

La noche del lunes tuve dos visitas muy peculiares.
Los primeros, invitados (del verbo) fueron un hermano y y su hijo-perro.

hablamos de tantas cosas, creo que no quedó nada más por decir.
entre bocanadas y flautas (comestibles), parecía que volvíamos a vivir juntos.

la segunda, no invitada, fue una cucaracha,
y de las grandes.






mi primera reacción, un tanto obvia pero no por eso menos destructiva, fue matarla.





el humano de los primeros visitantes se negó.
y procedió a ayudarla a salir de estas paredes a las que llamo casa.
lo logró y yo aprendí, "está viva".


.B.(CS)

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